ALMAYSO

Alfredo Mahou Solana, hijo de Casimiro Mahou y Brígida Solana, fue uno de los fundadores de la compañía junto a sus hermanos. Su interés por los avances técnicos del S.XIX le impulsó a colaborar en la Fundación de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, creando su propio estudio en la propia fábrica de Amaniel 19 llamado ALMAYSO. El fondo por volumen es uno de los más grandes de Europa y en esta colección compartimos algunos de los negativos en placa de vidrio que conservamos. Una colección de instantáneas que recogen una visión muy peculiar de la época. Descúbrelo y ponte las gafas del pasado.

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Retrato de hombre con uniforme junto a un balaustre. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


Hombre uniformado con mano en el pecho y con medallas distintivas de los marinos. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños a en pleno paso hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.


Hombre con gorro típico del norte de África desarrolla una atracción protagonizada con un mono africano. Dichos eventos eran típicos de la época victoriana por la originalidad y exotismo de los animales, sin tener en cuenta los avatares vitales de estos propios especímenes. Tampoco resultaba fácil para las personas que pertenecían a este gremio ejercer dicha profesión en ferias o circos al uso. Afortunadamente en nuestros días estas practicas tienden a desaparecer tras la nueva mirada de respeto y afecto al reino animal.


Pequeña luce un lacito con una mirada que revela la poca satisfacción que le produce el momento del retrato. Podemos ver el retoque fotográfico realizado en el aura que rodea su imagen y el retoque en las manos. Este Photoshop de la época se realizaba directamente sobre la placa de emulsión de la foto mediante raspado, lijado, adherido de tramas o pintado a mano. Hacia 1855 La placa de vidrio sucede al daguerrotipo como soporte fotográfico más eficaz sobre el que se realizaron la captura de la imagen por medio de una emulsión de colodión húmedo en dicho vidrio al reaccionar con la luz. Almayso fue pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías y se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña.


Magnifica imagen de una procesión religiosa de una virgen en un entorno rural escoltada con una banda de música y la guardia civil con el tricornio de entonces. El tricornio aparece prácticamente al mismo tiempo que la fundación de la guardia civil en 1859 por el Duque de Ahumada. Estaba diseñado para la caballería, pero acabo extendiéndose a la infantería. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Los niños de la familia, posan con Almayso en el huerto frutal detrás de la casa en la que se hospedan. El campo y la sierra madrileña era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Joven con bigote, posa con su uniforme de cadete de la Real academia de infantería sujetando el sable con sus guantes blancos. De color azul marino, con cuello y puños rojos y botonera dorada, con pantalón rojo y banda lateral azul marino el bordado del cuello era una corona y una cornetilla dorada. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Este hombre posa en el camino del jardín. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


En esta simpática imagen estival, vemos a dos pequeñas acompañando a una mujer sentada en una butaca de mimbre en el jardín de la casa solariega. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos vacacionales de verano. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Pequeño posa junto a un murete, vestido de grumete con una gorra con bordado de barco de vela. Este atuendo era muy común en la moda del siglo XIX, vestir a los niños de marineros o militares y dicha costumbre se ampliaba a celebraciones como la primera comunión o como ropa festiva de día.


Bonita imagen familiar que nos define la moda y costumbres de la época. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Mujer de enérgico gesto luce un broche de herradura. Retrato datado en 1887. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Simpático bebé es retratado sobre un cojín con tela de damasco. El retratar a los bebés sin ropa se debía a varias razones, la pureza de la infancia, mostraba su vulnerabilidad y la manifestación de la naturaleza humana en su estado más puro, idealizando la infancia como una etapa idílica. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


La joven de la imagen luce un bonito vestido con un corse ceñido a la cintura con tres lazos. A partir de 1910 hay un periodo de transición para cambiar la silueta e ir abandonado el corsé usado durante todo el siglo XIX. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social o familiar como una comunión, cumpleaños o boda.


La pequeña posa sentada luciendo un colorido y alegre vestido de cuadros y rayas. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Simpática bebé es retratada sobre un cojín con tela de damasco con un bonito vestido blanco. El bautizo era una celebración familiar, social y religiosa de importancia, donde los padres y el padrino confirmaban su fe y compromiso de educación del crio en la fe católica. Alguien la sujeta escondida desde atrás.


Elegante mujer posa en el estudio de Almayso con un elegante y brillante vestido claro de raso, portando un abanico a medio abrir. Existía un lenguaje sutil del abanico para expresar sentimientos de una manera elegante y sutil. Por ejemplo, cubrir la oreja izquierda con el abanico abierto pedía mantener el secreto, descender el abanico muestra amistad, pasarlo por los ojos es pedir perdón, esconder los ojos tras el abanico abierto era un te quiero o un nos vigilan, y así un sin fin de gestos discretos.


La seria mujer luce un vestido de día estampado y un lazo bordado al cuello. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos.


La joven de vestido a cuadros posa tranquila, sentada en la balaustrada ficticia del estudio de Almayso con un pañuelo de tul al cuello portando un abanico. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


La señora de mirada franca, con ojos claros, luce un corpiño a rayas y lleva el pelo recogido en un moño de trenza, muy a la moda de la época, en este caso con el retrato datado por el propio fotógrafo en septiembre de 1889. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Joven de porte elegante mira firmemente al fotógrafo para su retrato con un sobrio vestido con botonera y cuello y puños de terciopelo. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Nuestra elegante protagonista luce un hermoso abrigo, guantes de piel, paraguas o sombrilla y un alto sombrero de invierno. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumas o motivos florales combinados con su ropa de día.


Retrato de hombre vestido de oscuro. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fué testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños a en pleno paso hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.


Retrato de una joven pareja con atuendo típico e finales del siglo XIX, con dos niñas pequeñas. Sobre fondo mural y rocas simuladas escénicas. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Retrato familiar con cuatro hijas y un hijo, en escenografía de estancia lujosa en el estudio Almayso. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.