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La pequeña posa sentada luciendo un colorido y alegre vestido de cuadros y rayas. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


Simpática bebé es retratada sobre un cojín con tela de damasco con un bonito vestido blanco. El bautizo era una celebración familiar, social y religiosa de importancia, donde los padres y el padrino confirmaban su fe y compromiso de educación del crio en la fe católica. Alguien la sujeta escondida desde atrás.


Elegante mujer posa en el estudio de Almayso con un elegante y brillante vestido claro de raso, portando un abanico a medio abrir. Existía un lenguaje sutil del abanico para expresar sentimientos de una manera elegante y sutil. Por ejemplo, cubrir la oreja izquierda con el abanico abierto pedía mantener el secreto, descender el abanico muestra amistad, pasarlo por los ojos es pedir perdón, esconder los ojos tras el abanico abierto era un te quiero o un nos vigilan, y así un sin fin de gestos discretos.


La seria mujer luce un vestido de día estampado y un lazo bordado al cuello. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos.


La joven de vestido a cuadros posa tranquila, sentada en la balaustrada ficticia del estudio de Almayso con un pañuelo de tul al cuello portando un abanico. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


La señora de mirada franca, con ojos claros, luce un corpiño a rayas y lleva el pelo recogido en un moño de trenza, muy a la moda de la época, en este caso con el retrato datado por el propio fotógrafo en septiembre de 1889. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Joven de porte elegante mira firmemente al fotógrafo para su retrato con un sobrio vestido con botonera y cuello y puños de terciopelo. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Nuestra elegante protagonista luce un hermoso abrigo, guantes de piel, paraguas o sombrilla y un alto sombrero de invierno. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumas o motivos florales combinados con su ropa de día.


La familia posa en el jardín de su casa solariega, pasando unos días de descanso. El campo y la sierra madrileña, era un lugar de desconexión en fin de semana o en los largos periodos estivales de verano. Almayso se preocupó de retratar momentos mundanos de la vida de la gente y su entorno al más puro estilo de un reportero, ampliando la riqueza de su fondo fotográfico. No era fácil el manejar y portar material fotográfico profesional a cualquier lugar de la geografía, debido a la aparatosidad de las herramientas y máquinas. Esto se traduce en unas ganas, pasión y sacrificio por parte de Don Alfredo a la hora de ejercer su profesión de fotógrafo y retratista.


Este elegante caballero se retrata con su hija sentada en su regazo con un carácter cercano y familiar, luciendo un colorido vestido con lazos común entre las niñas de familia acomodada.Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Bucolico retrato de una madre con su bebé vestido de blanco o color pastel , como era costumbre en los bautizos. La señora luce un elegante vestido al estilo tradicional de finales del siglo XIX con telas bordadas y el sufrido corsé. También la escenografía era importante y Almayso se cuidó de tener una gama de fondos en papel pintado con diferentes motivos, como el interior de un salón, la naturaleza de un parque romántico o un paisaje marítimo.. Magnífico documento gráfico perteneciente al fondo archivístico histórico de Mahou-San Miguel, único en España y Europa.


La familia posa seria para el retrato. Era comun que las familias acomodadas tubieran muchos hijos, en este caso cuatro niñas y un chico, el primogénito. Afortunadamente esto cambió con el tiempo. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Escena teatralizada en el estudio de Almayso de unos hermanos remando en una barca de atrezo delante de un mural con mar de fondo. Este atuendo era muy común en las celebraciones como la primera comunión o como ropa festiva de día. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.


Hermanas disfrazadas para el carnaval. Desde finales del ultimo decenio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en Madrid las celebraciones de carnaval se caracterizaban con el lucimiento y concurso de las carrozas decoradas libremente para la ocasión por sus promotores, en el Paseo de la Castellana. Al igual que la fotografía, lo que antes era algo exclusivo de las clases altas en el caso del retrato, con el carnaval y las fiestas de o bailes de carnaval, la celebración se popularizó.


Fotografía de hermanos gemelos de hojos claros con gesto serio en el estudio de Almayso. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Los dos hermanos posan juntando sus caras muy hermanados. Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante.


Fiesta de disfraces en vacaciones, en el jardín de la casa estival. A veces para divertirse participaban en este tipo de juegos como pasatiempo. Antes prescindían de toda la tecnología actual y solo aparecerían los gramófonos para escuchar música a partir de 1899 y la primera emisión de radio Ibérica en España no se realizó hasta 1924. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. En este caso vemos a este señor de gesto serio retratado en el estudio de Almayso. Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton chops que une las patillas por el bigote.


simpática escena teatralizada de los niños jugando con sus familiares mayores. A veces para divertirse participaban en este tipo de juegos como pasatiempo. Antes prescindían de toda la tecnología actual y solo aparecerían los gramófonos para escuchar música a partir de 1899 y la primera emisión de radio Ibérica en España no se realizó hasta 1924. En estos documentos gráficos podemos apreciar e investigar la evolución social de la época junto a la cervecera Mahou. El autor de la imagen, el Sr Almayso es el acrónimo formado por las iniciales de Alfredo Mahou y Solana.


La herradura siempre a simbolizado buena suerte y prosperidad, aunque quizas el joven de la foto fuera un un buen jinete de carreras de caballos. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


El hombre de la foto posa en el estudio de Almayso, de pie con un puro en la mano y una boquilla para fumar muy singular a modo de filtro. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda.


Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo. El hombre de la foto luce un anillo en el dedo meñique de la mano izquierda como muestra de estar casado, era una costumbre del siglo XIX que fué cambiando con el tiempo.


Aunque realmente los cigarrillos de entonces tenian el aspecto de lo que conocemos como puros, ya que ni el papel que los envolvian eran blancos y carecían en su mayoría de filtros además de ser más grandes, como el de la foto. La compañía arrendataria de tabacos es la antecesora de Tabacalera s.a. que no se crea hasta 1945. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Muy a la moda del momento, este hombre luce una barba común, lleva una levita para ocasiones especiales y posa sentado para un retrato que era lo más moderno en su época, y más en el estudio de Almayso. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.