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Hombre joven con traje y corbata con cuello de paloma. Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. La técnica del ovalo esfumato resaltaba la figura del fondo de una forma delicada y elegante, imitando los retratos pintados de épocas anteriores con fondos oscuros y esfumato, que así se llamaba a la técnica de degradado tonal. También el soporte en el que se iba a llevar definía la forma. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


Habitualmente se vestía así con motivo de alguna festividad social, religiosa, como semana santa o familiar como una comunión, cumpleaños o boda. Los cuellos de las camisas de caballeros no llevan pliegue y podían ser independientes junto con los puños del resto de la prenda para facilitar su lavado. Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote.


Imagen de un cadete con su traje de bonito junto a su sombrero o Ros de uniforme. y es que el nombre de estesombrero procede del General Ros Olano, Director General de Infantería, que lo introdujo en el uniforme del Ejército en el año 1855. A finales del siglo XIX fue desastroso para España en el ámbito geopolítico debido a la perdida de sus últimas colonias en Asia y Latinoamérica, con Cuba y Filipinas en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. También pierde Puerto Rico, aunque España mantiene su soberanía hasta 1899 y Guam e islas Marianas también son cedidas a Estados Unidos.


Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton Chops que une las patillas por el bigote. La barba Balbo, caracterizada por no unirse con las patillas del cuero cabelludo, se combina el bigote manillar y la perilla. En 1840 al 65 se utilizaba un peinado mas o menos largo con los bigotes de moda de todas formas y tamaños, otro estilo más puritano con barba corta uniendo las patillas por la barbilla sin bigote como el presidente americano Abraham Lincoln quien lo popularizó en su mandato de 1861 a 1865.


Y es qué así parece por los hojos tan abiertos. Muy curioso el flequillo fijado con algún tipo de cera. Para los caballeros en sus bigotes se usaban diferentes ceras y aceites para mantener mostachos más grandes y complejos que también podían servir de fijativos para el pelo. Pero el aceite de mascasar fue el que se llevó la palma en Madrid y en las peluquerías y barberías se ponía en los respaldos de los asientos una protección para absorber las manchas de aceite que dejaba el personal al apoyar la cabeza.


El señor del retrato luce un broche en el nudo de la corbata, algo muy comun que se lucia en días con un significado especial. Tambien luce peinado con raya marcada sujeta con algún fijativo capilar y es que el peinado podia definir la posición social por el carácter del modelo, complicados y elaborados para la alta sociedad y mas sencillo para las clases trabajadoras. A lo largo de finales del siglo XIX Los peinados masculinos también crecieron en variedad, así como el bello facial, patillas, barbas con diferentes perfiles y bigotes algunos muy rizados al estilo romántico.


En el siglo XIX existían diferentes cuellos de camisa para caballero, en la foto vemos el modelo "de paloma" o Milton más común para el uso con pajarita. El redondo sin pliegue Beaufort, el inglés o italiano más popular. El cuello alto Brummell, todos cuellos postizos por lo general. En 1827 la neoyorquina Hannah Montague inventa el cuello de quita y pon. Los cuellos de las camisas de caballeros no llevan pliegue y podían ser independientes junto con los puños del resto de la prenda para facilitar su lavado. Los cuellos con botones no existían y las prendas se llamaban polos.


Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades de la composición. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


Quizás pertenece a alguna logia o cofradía, muy extendidas entonces en la época por toda Europa, y que se regían por una serie de normas y valores. También tenían singulares comunicaciones no verbales basadas en gestos y posición de manos. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana fue pionero en el arte de la fotografía y el retrato en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.


Señora con pelo recogido luce un broche con imagen de un caballo y un vestido al más típico estilo victoriano del siglo XIX. Dicha imagen se circunscribe en un ovalo de esfumato o degradado, muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


Mujer de gesto serio con pelo recogido, luce un broche con forma de luna y un vestido al más típico estilo victoriano del siglo XIX. Dicha imagen se circunscribe en un ovalo, en este caso con un inusual fondo oscuro, de esfumato o degradado muy típico de la época para dulcificar el perímetro de la fotografía. Este tipo de imágenes solían utilizarse para llevar en portarretratos de objetos como relojes de bolsillo o camafeos de cierre.


El joven posa elegantemente trajeado, para Almayso. Quizás para una ocasión especial. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Retrato en el estudio de Almayso de mujer vestida de oscuro con abanico, apoyada en una pilastra ficticia. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


Elegante mujer posa de medio lado o escorzo con un alto sombrero y un vestido con bordados. Los sombreros altos eran adornados dependiendo de la condición social, con telas plumas o motivos florales combinados con su ropa de día. La finalidad del retrato no es solo personal, si no social y documental. Si tienes un estatus dentro de la comunidad, debías hacerte un retrato fotográfico que documentara tu posición dentro de esta, dándote un valor identificativo. No solo formaba parte del recuerdo de un momento temporal si no que servía de testimonio gráfico, definiendo de alguna manera al individuo y su entorno.


Retrato de mujer con guantes de cuero y moño luce vestido oscuro al modo de amazona de la época. Estaba muy de moda llevar el pelo recogido con una trenza enrollada sobre la cabeza a modo de copete, coronado con un broche o aguja de pelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Retrato de mujer con trenza recogida en moño luce un colgante de estrella de ocho puntas. Estaba muy de moda llevar el pelo recogido con una trenza enrollada sobre la cabeza a modo de copete, coronado con un broche o aguja de pelo. El fondo fotográfico Almayso es uno de los más extensos que se conservan actualmente en el inicio de la fotografía en el siglo XIX y posteriormente, para toda Europa, tanto en la disciplina del retrato, el paisaje o la imagen costumbrista.


Genuina imagen de una familia empresaria madrileña en la que vemos a la matriarca sentada, rodeada de sus tres hijos y dos hijas con sus respectivas parejas y nietos. Tres generaciones reuidas para la ocasión. Los fotógrafos solían tener en sus estudios de retrato recursos escénicos y de attrezzo para dar variedad en las posibilidades del retrato. Como fondo diversos murales impresos en tela o papel, para escenografía, elementos como rocas, balaustres, pequeños puentes o columnas y de attrezzo, libros, revistas, vajillas alfombras y otros objetos.


La fotografía de retrato nace en el siglo XIX continuando la labor artística de los pintores retratistas de la época, avalada por siglos de historia. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Podemos apreciar el caracter familiar de estafoto con los padres junto a sus dos pequeñas, una sujetando celosamente su pelota.


En el viejo Madrid del siglo XIX era costumbre en una festividad o cumpleaños que el niño o el bebé se retratara con su cuidadora. El bautizo era una celebración familiar, social y religiosa de importancia, donde los padres y el padrino confirmaban su fe y compromiso de educación del crio en la fé católica.


Magnífica escena simulada en el estudio de Almayso, donde 4 amigos toman una copa en una mesita de jardín, uno de ellos ataviado con uniforme de capitán de la corona a deducir por sus hombreras. La puesta en escena aunque desenfadada esta cuidadosamente montada y también la escenografía que era importante. Almáso se cuidó de tener una gama de fondos en papel pintado con diferentes motivos, como el interior de un salon, la naturaleza de un parque romantico o un paisaje marítimo. Hacerse una fotografía en el siglo XIX debía ser un acontecimiento de importancia con carácter de celebración, festividad o solemnidad, ya que implicaba el vestirse y prepararse para la ocasión, el acudir casi siempre acompañado al estudio, y el negociar el carácter del retrato, la puesta en escena, y la iluminación con el fotógrafo.


Estas pequeñas posan junto a su madre luciendo elegantes vestidos de cocktail, ellas con llamativos colores, botines y su progenitora luciendo un corsé de cuello abierto, lazos y gargantilla. En la moda del momento además de la vestimenta de diario, existía la de día, más elegante para las horas diurnas, para pasear por el retiro por ejemplo, o la de cocktail, para celebraciones de chaqué, de alto copete y diurnas o nocturnas, entre otros atuendos.


Los tres amigos posan desenfadados en un retrato realizado por Almayso en su estudio de Madrid. Almayso, cuyo nombre deriva de las iniciales de Alfredo Mahou y Solana, fue testigo de excepción del paso de Madrid y los madrileños hacia la Modernidad. Pionero en las técnicas usadas para elaborar las fotografías, Almayso se convirtió en un destino de referencia para la sociedad madrileña, ávida por dejarse retratar como sucedía ya en otras capitales europeas.


Estos jóvenes posan con un habito similar al de unos monjes, quizás porque pertenecen a una congregación religiosa católica o se retratan en su paso del noviciado al sacerdocio. Fotografía perteneciente al fondo histórico del archivo Mahou-San Miguel, que posee casi 5000 imágenes de sociedad del siglo XIX y principios de XX.


Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. Con la fotografía, el retrato se socializa, y aunque no deja de ser costoso, no lo es tanto como contratar a un pintor. Primero la usaron las familias con una posición económica acomodada, popularizándose posteriormente. Existen diferentes planos de retrato, el general presenta por completo a los retratados, el americano de rodillas para arriba, el medio presenta el torso y acerca al individuo, haciéndolo más personal e identificativo, el medio corto como el busto en la escultura y el primer plano que retrata la cara.


Gracias al estudio fotográfico de Almayso en Madrid, Mahou dispone de uno de los fondos fotográficos históricos más importantes de España y consiguientemente de Europa, en retrato y composición costumbrista de la segunda mitad del siglo XIX en adelante. En este caso vemos a este señor de gesto serio retratado en el estudio de Almayso. Existían muchos tipos de bigote, el natural, sin artificios, bigote inglés con puntas hacia afuera, imperial, pequeño tupido con las puntas en rizo hacia arriba, húngaro, más grande y estilo libre o Friendly Mutton chops que une las patillas por el bigote.