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Registros
- Esta botella nace en los años 60 y perdura hasta los 80. Está serigrafiada para que los pícaros no la revendiesen a otras embotelladoras. Se vendía en farmacias por sus evidentes beneficios y la botella era retornable, lo que significaba que podías devolverla para rellenarla y ahorrarte unos costes. Con la entrada de España en la Unión Europea en el 1986, es necesario cambios en las etiquetas de los productos, por ello desaparece de forma general las botellas serigrafiadas o grabadas retornables.